top of page

MAESTROS CUBANOS

 Ramiro Guerra

Cortesía de Felicia Senette.

Ramiro Guerra

MUNICIPIO:

Batabanó

NÚMERO:

663

RESUMEN

Ramiro Guerra Sánchez (1880-1970). Historiador, educador y economista cubano, nació el 31 de enero de 1880 en Batabanó, provincia de La Habana. Vivió los primeros años de su vida entre la finca Jesús Nazareno y el ingenio “Recompensa”, junto a sus padres José Dolores Guerra, y Amaro y Josefa Sánchez y Piedra. Aunque desde pequeño colaboró en labores agrícolas en la granja familiar, recorría cuatro kilómetros a caballo todos los días para asistir a una escuela primaria ubicada en el Ingenio Andrea.

La vida de Ramiro experimentó un cambio radical cuando su hermano Pastor Guerra se incorporó al Ejército Libertador en enero de 1896. Tuvo que convertirse en sostén económico de su familia y ayudar a sus padres en el convulso período de la Guerra del 95. Se vio impedido de incorporarse al Ejército Libertador por su corta edad. No obstante, colaboró con la causa independentista con correos y comunicaciones entre los mambises.

Participó en la Junta Revolucionaria de La Habana, donde conoció al Dr. Juan Bruno Zayas. Al finalizar la Guerra en 1898 culminó sus estudios de bachillerato.

A partir del 26 de marzo de 1900 trabajó como maestro en una escuela pública de Surgidero de Batabanó. Meses más tarde, fue elegido por la Junta de Educación para participar en la Escuela de Verano para Maestros Cubanos de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachussets.

En 1903 contrajo matrimonio con Laudelina Deben, unión de la que nacieron 11 hijos.

Luego de oficializarse el matrimonio la pareja se mudó a La Habana, específicamente, a La Víbora. Allí Ramiro laboró como maestro y luego como director de escuela. En esa época fue discípulo de célebres profesores como Enrique José Varona, Carlos De La Torre y Alfredo Aguayo. El 19 de enero de 1912 se graduó en la Universidad de la Habana como Doctor en Pedagogía. En esa época también participó en la dirección de la revista Cuba Pedagógica junto a Arturo Montori. La alta calificación de su doctorado sería apenas el comienzo de una hoja de servicios sobresaliente, primero como Director de la Escuela Práctica Anexa a la Escuela de Pedagogía y más tarde como Superintendente Provincial de las Escuelas de Pinar del Río, designación personal dada por el presidente de Cuba en aquel entonces, Mario García Menocal.

De su experiencia en la más occidental provincia de Cuba surgió su libro La enseñanza en Pinar del Río (1917).

Entre 1917 y 1923, Ramiro Guerra publicó varios textos sobre pedagogía y temas referentes a la historia de Cuba como Fines de la educación nacional (1917), Libro primero de lectura (1917), Del conocimiento de sí mismo (1918), Libro cuarto de lectura (1920), Libro sexto de lectura (1920), Historia elemental de Cuba (1922), Nociones de Historia de Cuba (1922) y La defensa nacional y la escuela (1923).

A partir de 1926 y hasta 1932 se convirtió en Superintendente General de Escuelas de Cuba. Bajo su cargo puso en práctica una reforma del plan de estudios, que incluía la creación y organización de escuelas primarias superiores (séptimo y octavo grados). En este período también fue profesor honorario de Historia de Cuba en el Seminario Diplomático y Consular de la Universidad de La Habana. Entre julio de 1930 y junio de 1932 dirigió el periódico nacional Heraldo de Cuba. En esta época publicó Azúcar y población en las Antillas, para muchos la obra más trascendental de Guerra, considerada uno de los textos clásicos de Historia de Cuba con una profunda labor periodística, en la que expone la necesidad de resolver los problemas del latifundio generado en Cuba por la intervención de Estados Unidos. Azúcar y población en las Antillas fue editado en siete ocasiones en la Isla, la primera en 1927.

Justamente en ese año murió su esposa Laudelina. Ramiro no se casaría nunca más.

En 1932 fue nombrado Secretario de la Presidencia y tras la caída de Gerardo Machado, el 12 de agosto de 1932, se trasladó a Estados Unidos. Vivió algunos meses en Nueva York y más tarde en Gainesville, Florida, donde escribió La expansión territorial de los Estados Unidos a expensas de España y de los países hispanoamericanos (1935).

En el último lustro de los años treinta se dedicó a escribir en el Diario de la Marina y fue asesor de Asuntos Económicos y Sociales de la Asociación Nacional de Hacendados de Cuba, labor que estableció en Washington. En 1938 publicó Manual de la Historia de Cuba y en 1940, año en que regresó a la Isla, salió a la luz La industria azucarera de Cuba.

En los primeros años de la década del cuarenta trabajó como delegado de Cuba en Naciones Unidas. Entre 1943 y 1946 fue director del Diario de la Marina.

En ese período, Ramiro tuvo una labor más activa en los sectores de la economía y la política. Trabajando como delegado en eventos y conferencias, Guerra buscaba mejorar no solo las condiciones económicas y sociales del país: su pensamiento trascendió a un espectro más internacional.

A los 67 años, mientras dirigía la revista Trimestre, publicó otros dos textos, esta vez más autobiográficos y sobre su familia, que dividió en Mudos testigos y Por las veredas del pasado. En 1949 ingresó a la Academia de la Historia de Cuba y recibió la Orden del Mérito Carlos Manuel de Céspedes. En compañía de José M. Pérez Cabrera, Juan J. Remos y Emeterio S. Santovenia dirigió la publicación de 10 tomos de Historia de la Nación Cubana en 1952. Dos años más tarde presentó Rehabilitación de la Escuela Pública. Un problema vital de Cuba en 1954.

Desde 1955 hasta 1960, Guerra trabajó como supervisor principal de la Biblioteca Escolar Lex en la que se publicaron varios libros de texto y cuadernos básicos para la enseñanza primaria. Ese mismo año se le concedió la Orden de Mérito Lanuza y el 17 de abril se le dedicó un homenaje nacional en el Teatro Auditórium para celebrar sus 75 años.

El 23 de febrero de 1956 la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas le concedió el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Comerciales. Luego del triunfo de la Revolución cubana en 1959, Ramiro continuó colaborando en diferentes proyectos y a la par fue miembro de la Asociación Geográfica de la Academia de Historia de Cuba.

Cuando se cumplieron 50 años de la visita de los cubanos a Harvard, Ramiro Guerra escribió un artículo en la Revista Trimestre en el que explicó la influencia y significación que tuvo el encuentro para la enseñanza y los maestros cubanos: “La influencia moral de Mr. Frye sobre los varios millares de maestros cubanos, se debió a esa dignificadora confianza en ellos. Todos los maestros de entonces, con la conciencia de nuestro deber, nos sentimos en la obligación de corresponder a ella, sin defraudarla nunca. Con ese noble y elevado espíritu procedió siempre Mr. Frye. De ahí la admirable labor que pudo realizar y realizó en Cuba, en beneficio de nuestra escuela y de nuestros niños”.

Su estado de salud comenzó a deteriorarse en la década de 1960. Falleció en La Habana el 29 de octubre de 1970, dejando como legado una obra multicultural que imbricó la educación, la economía, la historia de Cuba y los fenómenos socioculturales de su época.

Bibliografía:

1. Bueno Salvador. "Una obra histórica de Ramiro Guerra". En: Carteles. Año 34. No 19. La Habana, 10 de mayo de 1953, p. 20

2. Chacón y Calvo, José María. "Palabras sobre Ramiro Guerra". En: Diario de la Marina. Año 117. No 50. La Habana, 1o de marzo de 1949, p. 4

3. Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba. Diccionario de la Literatura Cubana. T. 1. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1980, pp. 397-400

4. Archivos de la familia de Ramiro Guerra, donados por Felicia Senette.


bottom of page